¿Pensando en vender?

¿Pensando en vender o alquilar?


Nuestra vivienda siempre tiene un valor importante: ya sea porque es nuestro bien más preciado o porque la consideramos una inversión. En cualquiera de los casos, el propietario espera una rentabilidad.

Nuestra casa es, también, un producto material al que va vinculado un valor emocional: protección, seguridad, confort, ego, belleza, disfrute, unidad familiar, tranquilidad, prestigio...
Y según nuestra Constitución, en el artículo 47, es un derecho  fundamental, ya que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”.

A una vivienda se asocia pues un derecho, unas emociones, una inversión y  le ponemos un precio en función  de nuestras necesidades, deseos, o posible revalorización: todos valores subjetivos (beneficio que uno espera de algo). Olvidando que el precio (cuánto cuesta comprarlo) lo pone el contexto o momento que estamos viviendo, la realidad que nos circunda, que no es otra que la oferta y la demanda. Recomendando que nos fijemos a la hora de una adquisición o de una transacción en aunar valor y precio.

Cuando ponemos en alquiler o venta uno de nuestros bienes más valiosos o preciados queremos realizar esa labor  por nosotros mismos para ahorrarnos un agente inmobiliario que  podemos considerar costoso e innecesario. Olvidando que los agentes inmobiliarios conocemos los correctos valores de mercado. Que manejamos los contratos adecuados y la fiscalidad que rodea a la transacción; que ofrecemos un plan de marketing personalizado. Que sabemos cómo realizar una visita o cómo filtrarla, que seleccionamos a los visitantes idóneos,  negociamos y cerramos una operación. Tenemos psicología, orientación a la excelencia en el servicio, realizamos un seguimiento adecuado, asesoramos sobre hipotecas, sobre la adecuada presentación de la propiedad y que disponemos de una red o fuerza de ventas  formada y proactiva  que comparte operaciones con otras agencias asociadas con la misión común de lograr el soñado inquilino o comprador

Un agente o agencia que mientras esté realizando esa labor dedica tiempo, desplazamientos, ofrece un servicio que aporta conocimientos, le informa,  invierte  en publicidad y que sólo recibe su retribución si consigue un vendedor o un inquilino. ¿No cree usted que tenemos una motivación muy alta para lograr llegar a esa meta deseada? ¿Hay acaso algo mejor que dejarse guiar por la persona adecuada que responda a sus necesidades, que le genere una relación de confianza y que  le pueda evitar decisiones incorrectas? Califique  bien a su agente y agencia, escuche las recomendaciones de las personas cercanas que ya han trabajado con ese agente, analice sus resultados, su credibilidad y si le merece su visto bueno, déjese guiar, que con  seguridad lo que considera costoso le proporcionará beneficios.

  Marisol Montalti


 Lunes, 4 de julio de 2011

Evolución del precio de la vivienda

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