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| Fotografía del blog Mi Gran Canaria |
El vino de Canarias no está entre los más conocidos fuera de España. Y es que su difusión y comercio no solo dependen de su calidad -que es indiscutible-. Todo forma parte de un proceso complejo, en el que se ha ido ganando terreno a lo largo de los años. Hoy en día la mayoría del camino está recorrido: que cada vez más personas del mundo puedan disfrutar la cata de uno de nuestros singulares vinos es solo cuestión de paciencia y algo más de tiempo.
Tras descubrir un poco de historia del vino de El Monte Lentiscal en Gran Canaria, quizás les pique la curiosidad y les apetezca probarlo de una vez:
Desde el siglo XVIII la deforestación del bosque termófilo fue dando paso a las tierras de cultivo y a los viñedos que ahora existen en Tafira y Santa Brígida. Ya en 1837 el naturalista francés Sabine Berthelot escribió sobre el vino de Bandama:
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| Fotografía de Pellagofio.com |
Era un vino delicioso,
añejo néctar de los catadores, de color rojo
y delicada fragancia, suave perfume de la parra.
Un vino para ofrendarlo a los dioses.
¿El implacable oidium habrá respetado por lo menos las
hermosas cepas de Bandama? Si se ha producido el milagro,
¡ay amigo mío! invoque a Baco y grite conmigo:
¡Evohé! ¡Evohé!
Pero no es hasta 1997 cuando se adquiere el reconocimiento más valorado. Los Viticultores y Bodegueros de El Monte Lentiscal volcaron un gran esfuerzo en pulir aun más la técnica y se metieron de lleno en acciones de marketing para poder integrar sus vinos en la Denominación de Origen Gran Canaria.
Las variedades de uvas cultivadas son tradicionales canarias: Listán Negro, Negramoll y Tintilla. Dentro de la clasificación de las blancas podemos encontrar el Listán Blanco, Malvasía, Gual, Albillo y Moscatel.
La vendimia se destina exclusivamente a la elaboración de vinos protegidos y por el volumen de su producción, el consumo de los mismos es en el mercado interior de Gran Canaria.
Ahora que sabes por qué a lo mejor no ha llegado a tus manos una botella de vino satauteño... solo te queda venir a hacer la ruta vinícola y del picón. ¡El vino volcánico te espera!
Fuente: El Monte Lentiscal, un espacio de larga tradición turística. De Antonio Santana Santana y Mª del Pino Rodríguez Socorro
